Un día después del cierre de los Juegos Olímpicos de París 2024, el boxeador mexicano, Marco Verde, llegó como un héroe. Aterrizó ayer en el Aeropuerto de la Ciudad de México, en medio de aplausos y vítores de decenas de personas y, principalmente de su familia que lo recibieron con cariño, tras su medalla de plata obtenida en el evento deportivo.
El azteca quedó al filo de la presea dorada, al caer por decisión unánime el pasado viernes ante el uzbeko Asadkhuja Muydinkhujaev, en la final de los 71 kgs.
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Tras su histórica medalla, la número 78 de la historia de México en Juegos Olímpicos, el domingo participó en la ceremonia de clausura.
Tras un viaje de más de 12 horas, el pugilista de 22 años fue aclamado por una gran multitud que lo esperó con pancartas, banderas y porras que resonaron en todo el aeropuerto.
“Estoy muy agradecido con todos los que vinieron a recibirme. Esta medalla es de México, y me llena de alegría ver que mi esfuerzo hizo feliz a los corazones de tantas personas”, dijo Verde.
Marco no descartó la posibilidad de iniciar el proceso para Los Ángeles 2028, pero mencionó que ahora quiere descansar y sentarse a valorar lo que logró en París.
“Mi familia me decía cómo se estaba viviendo en México y para ser honesto allá era igual, me sentía en casa”, mencionó.
Respecto al balance del boxeador sobre el papel de la delegación mexicana en los Juegos Olímpicos, mencionó que sabe que las cosas no se están haciendo como deberían, pero que los atletas sólo quieren competir.
“Nosotros sólo queremos entrenar, participar y estar tranquilos; muchos países apuestan más por el deporte, tal vez aquí deberían de hacer lo mismo, pero para eso hay personas encargadas; hago lo mío, y creo que cumplí con esta medalla, aunque me faltó un poco para lo que en verdad aspiraba”, sentenció .
El sinaloense reconoció que Mauricio Sulaimán (titular del CMB) le llamó para felicitarlo, y recordó la recomendación de que se siga preparando antes de saltar al boxeo profesional. Marco durmió en CDMX y hoy dará más entrevistas.