La colección osteológica del salvamento arqueológico del Tren Maya, integrada por 920 cajas, arribó al Centro de Resguardo de la Dirección de Antropología Física (DAF), en la Ciudad de México, para ser sometida a limpieza y consolidación; posteriormente se realizará su análisis bioarqueológico.
A través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el gobierno federal se comprometió a continuar el registro, catalogación, conservación e investigación de este corpus, el cual es parte del patrimonio biológico y cultural del país, al representar evidencia directa de los grupos que habitaron el sureste y la Península de Yucatán, previo a la invasión española.
Seguir leyendo:
Mara Lezama entrega títulos de propiedad a familias de Mayabalam: 'Un paso firme hacia la igualdad'
Reconoce Mara Lezama valor y riqueza ancestral de los pueblos mayas
Agustín Axel Baños Nocedal, titular de la DAF, aseguró que la llegada de este material inaugura el segundo centro de resguardo de la dirección.
El primer repositorio, ubicado en el Museo Nacional de Antropología, alberga un aproximado de 11 mil cajas, con siete toneladas de restos humanos.
“Se trata de la mayor serie esquelética humana, en conjunto, que se integra al área. Para el INAH y para nosotros, en lo particular, es un momento histórico”, aseguró el especialista.
Ya que la colección osteológica del Tren Maya proviene de los diversos contextos de excavación, registrados en sus siete tramos, una parte de la misma requerirá de tareas de limpieza y consolidación.
Los restos provenientes de los trayectos uno (de Palenque, en Chiapas, a Escárcega, en Campeche) y dos (de Escárcega a Calkiní, en Campeche) “están perfectamente separados, embalados y listos para estudiarse a profundidad”, aclaró Baños Nocedal.
La mayoría de los entierros exhumados en los tramos 1 y 2 correspondieron a depósitos individuales directos, de tipo primario y en posición extendida, así como de tipo indirecto, ya que se hallaron en continentes artificiales, como cistas, chultunes y dentro de vasijas de barro.
De acuerdo con el titular de la DAF, los restos óseos procedentes de los tramos 3 al 7 serán sometidos a limpieza y consolidación, para emprender su análisis bioarqueológico, el cual ya se aplicó en los provenientes de los tramos 1 y 2, en seis variables: mortuorias, tafonómicas, biológicas, paleopatológicas, bioculturales y arqueométricas.
Dicha labor la continuará el equipo de antropología física, a cargo del coordinador de las secciones de Bioarqueología de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH y de salvamento del Tren Maya, Jorge Arturo Talavera González, quien mencionó que, en la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, estos materiales están contemplados como parte de la historia.