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Atlas de violencia de género busca transformar la política pública en Quintana Roo

Ofrece un diagnóstico geoespacial que visibiliza las zonas críticas de agresión contra las mujeres, con el objetivo de fortalecer políticas públicas y acciones de prevención.

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Investigadoras y estudiantes participan en el análisis para generar propuestas efectivas.Créditos: Efraín Castro

En México, siete de cada diez mujeres han experimentado algún tipo de violencia a lo largo de su vida, según datos de INMUJERES (2023). En el caso de Quintana Roo, la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH-INEGI, 2021) muestra que el 70.4% de las mujeres de 15 años y más han enfrentado violencia en algún momento, mientras que el 44.2% la padeció en los últimos 12 meses. Estas cifras reflejan la dimensión estructural del problema y la necesidad de diseñar políticas públicas más efectivas.

Con esta finalidad surge el Atlas de Violencia de Género del Estado de Quintana Roo: Evaluación y Diagnóstico Geoespacial, un proyecto de investigación aplicada impulsado a través de la convocatoria Mujeres en la Ciencia, Tecnologías, Ingenierías, Matemáticas y Humanidades 2024 del Consejo Quintanarroense de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Coqhcyt).

La investigación está dirigida por la doctora María Luisa Hernández Aguilar, especialista en Geografía, quien destacó la importancia de contar con un diagnóstico territorial para comprender cómo y dónde se presentan las distintas formas de violencia contra las mujeres.

La doctora María Luisa Hernández Aguilar encabeza el proyecto del Atlas de Violencia de Género.

El atlas integra información estadística y cartográfica para ofrecer una herramienta clara y accesible.

“Normalmente vemos gráficas que pueden ser complejas para la sociedad o los tomadores de decisiones. Al plasmar los datos en mapas, se facilita la comprensión de la realidad y se fortalece la formulación de políticas públicas”, explicó la investigadora.

Entre las fuentes utilizadas destacan el Banco Nacional de Datos e Información sobre Casos de Violencia contra las Mujeres (Banavim), el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, así como registros de la Secretaría de Gobierno, la Secretaría de Seguridad Ciudadana y llamadas al 911. Además, se cruzaron variables con información del Coneval sobre rezago social y datos cartográficos oficiales del INEGI.

El estudio, que analiza datos de 2019 a 2024, ha permitido identificar tanto violencia letal (feminicidios y homicidios dolosos) como violencia no letal, que incluye violencia física, sexual, psicológica, patrimonial, digital, obstétrica, vicaria y moral. Diferenciar cada tipo resulta fundamental, pues sus causas y consecuencias son distintas y requieren respuestas específicas.

Uno de los hallazgos preliminares revela que las zonas con mayor concentración de violencia suelen coincidir con áreas de rezago social, carencia de servicios o asentamientos irregulares. Asimismo, se ha detectado un aumento de casos en municipios turísticos como Tulum, donde factores como la migración y el rápido crecimiento poblacional inciden en la problemática.

La doctora Hernández Aguilar resaltó que la violencia psicológica es la más recurrente, aunque la digital y la obstétrica han cobrado relevancia en los últimos años. Subrayó también que el atlas permitirá a las instituciones orientar mejor sus estrategias, dirigir recursos a las zonas críticas e impulsar acciones preventivas más precisas.

El proyecto cuenta con la participación de un equipo multidisciplinario conformado por siete investigadoras y tres estudiantes de diversas instituciones, entre ellas la Universidad de Quintana Roo y la UNAM. Para Hernández Aguilar, el impacto esperado es doble: generar conciencia social sobre la magnitud del problema y ofrecer a autoridades y organizaciones una herramienta confiable para atenderlo.

“El mensaje es claro: la violencia de género no es un asunto privado, sino un problema social. Todas y todos tenemos la responsabilidad de reconocerla, denunciarla y trabajar en su erradicación”, concluyó la especialista.