La Cooperativa Del Mar Caribe, que agrupa a pescadores y prestadores de servicios turísticos en el litoral de Playa del Carmen, enfrenta una paralización casi total de sus embarcaciones y cancelaciones de tours por la llegada masiva de sargazo durante la temporada vacacional y la consecuente erosión en las playas, informó José Gómez Burgos, secretario de la cooperativa.
Según Burgos, la actividad turística y pesquera se vio afectada desde la segunda semana de Semana Santa por el arribo continuo de sargazo, que “paulatinamente cada quincena o cada mes siguiente fue este aumento” y dañó la franja costera.
“Las playas estuvieron muy lastimadas, casi todas de la ciudad”, dijo, y explicó que el sargazo impide que el mar “haga su trabajo diario” de acomodar y limpiar la arena, lo que agrava los procesos de erosión.
La reducción de la demanda fue inmediata: de una flota estimada en unas 50 embarcaciones en la zona, apenas cinco continúan operando con tours de pesca, snorkeling y buceo. “Hoy casi toda la flota está parada; en sargazo tendremos como unas 5 fuera ahorita, de todo el área, como de 50 acá”, precisó. Las cancelaciones y los cambios de itinerario de visitantes derivaron en desvíos hacia zonas arqueológicas y cenotes —Chichén Itzá, Tulum y Cobá fueron mencionados—, donde los visitantes buscan alternativas con garantía de buen servicio.
Pese a ello, Burgos señaló que en la última semana las condiciones han mostrado mejoría: “la zona hotelera está cristalina el agua, y del lado también de aquí, del muelle para allá, también está muy linda el agua. Y los arrecifes, pues están muy claros, muy bonitos.” Con base en esa recuperación, la cooperativa confía en que parte de la demanda turística pueda retornar y contratar servicios náuticos.
En lo productivo, los pescadores esperan que la pesca de especies como chachí, pargo, sierra, liceta y macabí se reactive en los próximos días. Sobre el macabí —capturado en volúmenes grandes— Burgos explicó que parte se destina al mercado local por ser “barato y de buena calidad”, y otra parte se procesa para exportación.
“Ese se manda a Progreso para su preparación y se traslada a Estados Unidos o Canadá”, dijo, y explicó que ese producto se utiliza para harina, alimento para mascotas o preparados industriales; su precio actual, ya semi-procesado, ronda entre 180 y 200 pesos por kilo.
La cooperativa también enfrenta trámites y limitaciones administrativas. Burgos narró una reciente inspección ordenada por la Marina: “todas las embarcaciones con permiso o sin permiso tendrían que reportarse y pasar a revisión.”
Sobre los permisos de pesca, advirtió que muchos documentos históricos provienen de trámites desde 1999 y que la renovación y emisión de permisos ha sido limitada: “los que lo han tenido desde el 99… varios ya fallecieron. Entonces ya no se están trabajando esos permisos.” La cooperativa está en proceso de reponer papeles y espera una audiencia con el comisionado para intentar resolver la situación.
En lo interno, los pescadores aprovecharon la baja para darle mantenimiento a lanchas y equipos, aunque Burgos dijo que esta temporada muchos prefieren esperar mejores condiciones antes de reparar embarcaciones. La previsión de la cooperativa es que en torno a la última semana de septiembre empiece a verse mayor actividad pesquera, y que hacia fin de año, con la temporada alta, exista una recuperación mayor en la ocupación y la demanda de servicios náuticos.
“El pescador no puede pensar que nos vaya mal; siempre estamos pensando que nos va a ir muy bien”, concluyó Burgos, entre la incertidumbre por permisos y la esperanza puesta en la mejora del mar y la llegada de turistas.