En el marco de las actividades de divulgación científica impulsadas por el Consejo Quintanarroense de Ciencia y Tecnología (Coqcyt), la doctora Elizabeth Chavira Martínez, especialista en Ciencias Químicas por la Facultad de Química de la UNAM, presentó su tema “La transformación de los cristales y sus aplicaciones en superconductores, nanotoxicidad, medicina y construcción”.
La investigadora explicó que su interés por estudiar los materiales cristalinos surgió a partir de su trabajo con baterías iónicas en su tesis de licenciatura, lo que la llevó a explorar el fenómeno de la superconductividad. Destacó que los materiales cerámicos con óxidos permiten conducir electricidad sin resistencia y repelen campos magnéticos, lo que los convierte en componentes clave en el desarrollo de tecnologías de energía, electrónica y medicina.
Chavira Martínez señaló que en la Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo (Uqroo) se logró elaborar por primera vez un material superconductor, resultado que calificó como un logro importante tanto para los investigadores como para los estudiantes que participaron en el proyecto.
“Se logró el objetivo y fue emocionante ver el entusiasmo del equipo; además, utilizamos nitrógeno líquido, lo que facilita el trabajo con materiales cerámicos frente a los que requieren helio”, comentó.
Entre las aplicaciones prácticas, la especialista explicó que su grupo de investigación trabaja en la creación de nanoplata para vendas médicas, las cuales ayudan a evitar infecciones y mejorar la cicatrización. Asimismo, señaló que los nanotubos de grafeno representan una innovación en el campo de la construcción, ya que aumentan la resistencia de materiales como tabiques y losas sin elevar significativamente los costos de producción.
La doctora también abordó los riesgos asociados a la nanotoxicidad, es decir, los posibles efectos que los materiales a escala nanométrica pueden tener en organismos vivos. Indicó que algunos compuestos, como el plomo, pueden resultar dañinos para la salud, mientras que otros, como el arsénico en determinadas proporciones, no presentan efectos nocivos.
Finalmente, destacó que el estudio de los cristales no solo tiene aplicaciones tecnológicas, sino que también contribuye a entender mejor los fenómenos naturales y a desarrollar soluciones sostenibles para distintos sectores.
“La ciencia nos permite descubrir cómo lo más pequeño puede tener un impacto enorme en la vida cotidiana”, expresó.