Diversificar la oferta turística del estado para disminuir la dependencia del turismo de playa y reducir el impacto económico de fenómenos como el sargazo y las temporadas bajas es una de las prioridades legislativas expuestas por la senadora por Quintana Roo, Anahí González, en entrevista, explicó que ya impulsa reformas para que la promoción de la diversidad turística sea una obligación gubernamental y no una política temporal.
La legisladora señaló que, aunque el estado ha consolidado un reconocimiento internacional gracias a sus playas y centros vacacionales, la situación se vuelve vulnerable cuando surgen factores ambientales o estacionales que afectan la llegada de visitantes, como ocurrió en 2024 y 2025 con periodos prolongados de baja ocupación hotelera. En ese contexto, dijo que la solución es fortalecer productos turísticos alternativos que permitan mantener flujo económico y empleo estable en zonas urbanas, rurales y comunitarias.
Agregó que destinos arqueológicos, zonas naturales del sur del estado y comunidades con capacidad de desarrollar experiencias culturales, como bordado tradicional, narración de leyendas y rutas históricas, deben incorporarse a los planes de promoción nacional e internacional para captar visitantes que buscan actividades diferentes al turismo de sol y playa. Mencionó que esta línea de trabajo coincide con inversiones recientes en sitios como Bacalar y los circuitos arqueológicos del sur de Quintana Roo, lo que abre oportunidades para nuevos modelos de negocio y empleos locales.
González afirmó que el enfoque federal actual contempla el impulso de productos turísticos diversificados, pero insistió en que se requieren reformas para asegurar su continuidad más allá de administraciones en turno. Indicó que la participación de estados, municipios y sector privado es fundamental, debido a que la promoción ya no depende exclusivamente del Gobierno Federal, sino de una estrategia compartida que permita integrar a comunidades, cooperativas y agentes turísticos locales.
Al referirse directamente al reto del sargazo, explicó que la llegada de visitantes debe sostenerse aun cuando el fenómeno afecte las playas, para lo cual es necesario que el turista conozca previamente otras posibilidades dentro de la entidad, como lagunas, cenotes, artesanías, gastronomía y zonas mayas. Subrayó que la diversificación no solo busca mantener cifras de ocupación, sino transitar hacia un turismo de mayor valor cultural, con respeto al entorno y beneficios comunitarios.
La senadora sostuvo que el turismo comunitario y rural puede convertirse en una alternativa estable, siempre que se acompañe con capacitación, promoción y condiciones de seguridad para operar servicios turísticos sostenibles. Reiteró que Quintana Roo concentra más del 50 por ciento de la llegada de turistas internacionales al país, pero que el potencial económico debe ser distribuido de manera más amplia para evitar desigualdades regionales y dependencia de un solo producto turístico.
Finalmente, puntualizó que la diversificación turística debe entenderse como una estrategia de Estado con visión de largo plazo y no únicamente como una respuesta emergente ante contingencias ambientales o económicas. Señaló que continuará promoviendo reformas que garanticen este enfoque dentro de los planes nacionales y estatales.