QUINTANA ROO

Piden que incremento en tarifas a zonas arqueológicas se destine a investigación y mantenimiento.

Advierten que la falta de recursos ha frenado proyectos científicos y que el encarecimiento podría afectar el turismo, por lo que urgen transparencia y reinversión en el patrimonio.

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El INAH enfrenta una reducción del 70 % en su presupuesto para investigación arqueológica.Créditos: Efraín Castro

Con el aumento aprobado por la Federación a las tarifas de acceso a las zonas arqueológicas del país a partir de enero de 2026, especialistas en patrimonio cultural han solicitado que los recursos adicionales se destinen directamente al mantenimiento, conservación e investigación de los sitios arqueológicos, especialmente en Quintana Roo, donde el déficit presupuestal ha limitado la continuidad de diversos proyectos científicos.

El arqueólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Fernando Cortés de Brasdefer, señaló que si bien el ajuste en los costos de entrada representará un incremento en los ingresos federales, es indispensable que estos fondos se apliquen en beneficio directo de las zonas que los generan. Recordó que actualmente la investigación arqueológica en México atraviesa una crisis presupuestal, pues los recursos destinados a exploraciones y mantenimiento se han reducido hasta en un 70% respecto a años anteriores.

Arqueólogos piden que los nuevos ingresos se reinviertan en conservación y mantenimiento.

“Esperamos que con el incremento de las tarifas también se fortalezcan los fondos para la investigación, porque en este momento los apoyos están muy escasos. No se puede sostener la investigación sin un presupuesto mínimo, y eso afecta el trabajo de los especialistas en todo el país”, expresó Cortés de Bladsdefer, al lamentar que en los últimos años el INAH haya visto mermada su capacidad para sostener proyectos de exploración y conservación en campo.

El especialista explicó que esta situación no solo afecta a Quintana Roo, sino a todas las regiones con patrimonio arqueológico, ya que los investigadores dependen de fondos federales para continuar sus estudios. Durante el más reciente Congreso Nacional de Arqueología, los asistentes coincidieron en que la falta de recursos ha frenado excavaciones pendientes, estudios de restauración y la atención preventiva en estructuras que presentan deterioro por humedad, clima o turismo intensivo.

Asimismo, Cortés de Brasdefer advirtió que el encarecimiento del acceso también podría impactar el flujo de visitantes nacionales, sobre todo en sitios donde se aplican cobros adicionales por servicios concesionados, como estacionamientos o el ingreso a parques ecológicos que colindan con el sitio arqueológico de Tulum.

Sitios como Tulum podrían ver afectado su flujo de visitantes con el alza de tarifas.

“En algunos lugares, como en Tulum, la gente tiene que pagar varias veces para poder entrar: al estacionamiento, al parque y luego a la zona arqueológica. Esto provoca molestias y puede desincentivar las visitas”, explicó.

El arqueólogo insistió en que el equilibrio entre conservación y turismo debe ser una prioridad. Por ello, llamó a que los ingresos recaudados con el nuevo esquema de tarifas sean canalizados con transparencia hacia las labores que garanticen la preservación de los monumentos, así como hacia el impulso de proyectos científicos que amplíen el conocimiento sobre las antiguas civilizaciones mayas que habitaron el territorio quintanarroense.

El equilibrio entre turismo y preservación, reto central del nuevo esquema de cobros.

“Cada sitio arqueológico requiere de estudios constantes, mantenimiento y personal capacitado. Si el incremento se aprueba, debe verse reflejado en mejores condiciones para quienes trabajamos en la protección del patrimonio y en una experiencia más segura y educativa para los visitantes”, subrayó.

De acuerdo con las reformas aprobadas por la Ley Federal de Derechos, los turistas extranjeros pagarán el doble del monto actual para ingresar a las zonas arqueológicas de México a partir de 2026.