La drástica caída del turismo en el sitio arqueológico de Tulum coincide con el inicio de la administración del Grupo Mundo Maya —antes GAFSACOMM— y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), responsables del manejo del Parque del Jaguar, un proyecto que integró las zonas de playa y la zona arqueológica bajo un nuevo esquema de control y cobro.
De acuerdo con el secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Cultura, José Enrique Vidal Dzul Tuyub, las medidas impuestas por estas entidades han encarecido los accesos, restringido la movilidad y desalentado la visita de turistas nacionales y extranjeros.
“Antes, los mexicanos podían entrar sin costo los domingos, pero ahora deben pagar diversas cuotas. Además, el trayecto hacia el sitio se ha vuelto más largo y complicado”, explicó el dirigente sindical.
Las cifras respaldan la preocupación. Durante el primer trimestre de 2025, Tulum reportó afluencias récord con 150 mil visitantes en enero, 120 mil en febrero y 115 mil en marzo, superando los registros de años anteriores. Sin embargo, la tendencia cambió abruptamente a partir de abril, cuando se reportaron 114 mil visitantes, cifra que cayó a 75 mil en mayo, 51 mil en junio y 65 mil en julio.
Aunque agosto mostró un ligero repunte con 97 mil visitantes, en septiembre se desplomó a 18 mil 534, su segundo peor registro histórico, solo por encima de septiembre de 2020, cuando el parque reabrió tras la pandemia.
Dzul Tuyub atribuyó esta caída a las tarifas impuestas por el Parque del Jaguar, que hoy obligan a los turistas extranjeros a pagar 415 pesos por el acceso, mientras que los nacionales deben cubrir 255 pesos. Los residentes de Quintana Roo, así como el personal de las fuerzas armadas y de la empresa concesionaria, pagan 105 pesos, y los docentes y estudiantes, 31 pesos.
Incluso quienes desean ingresar únicamente a las playas públicas deben cubrir estos costos, debido a las disposiciones de la Conanp.
El dirigente lamentó que se haya afectado el binomio “playa-cultura”, que durante años posicionó a Tulum como uno de los destinos más atractivos del Caribe mexicano.
“No se trata de una campaña negra, sino de una realidad visible que está impactando directamente a hoteleros, restauranteros, taxistas y prestadores de servicios. Estas políticas están afectando la economía local”, subrayó.
La situación podría agravarse en 2026 con la reforma a la Ley Federal de Derechos, aprobada recientemente por el Congreso de la Unión, que duplica las tarifas de entrada a las zonas arqueológicas para turistas extranjeros.
En el caso de Tulum, Cobá, Kohunlich y San Gervasio, el acceso pasará de 100 a 210 pesos, mientras que los sitios de Categoría II, como Dzibanché, Kinichná y Chacchoben, aumentarán de 80 a 160 pesos. Los de Categoría III, como El Rey, El Meco, Muyil y Oxtankah, subirán de 75 a 145 pesos.
Aunque se mantendrán descuentos para nacionales y residentes extranjeros, Dzul Tuyub advirtió que los altos costos y las restricciones podrían seguir desalentando la llegada de visitantes, especialmente a los destinos del sur del estado.
“Tulum siempre fue una puerta abierta al mundo, pero hoy las nuevas políticas están cerrando esa oportunidad”, concluyó.