Los mayas lo usaban como un limpiador natural de dientes. Lo obtenían, como hasta hoy día, del árbol del chico zapote, muy apreciado por su doble aportación, el fruto del mismo nombre y la savia emanada de su interior al realizar algunos cortes a su alrededor.
La resina era obtenida y guardada ceremoniosamente para después ser cocinada al fuego hasta obtener una goma suave, y firme al mismo tiempo que vendían en los mercados prehispánicos.
Su empleo continuó, no tan común y solicitado durante la Conquista, sin embargo, fue hasta el siglo XIX cuando su uso empezó a ser tal como se conoce, es decir, comercializado con saborizantes y endulzantes, promoviendo un papel muy importante en la industria alimenticia hasta la década de 1960, cuando empezó la caída en la comercialización del chicle.
Para Quintana Roo fue una industria de varias décadas, generando la creación de cooperativas integradas únicamente para el cultivo, extracción y transformación del chicle como materia prima, siendo compañías, la Chicle Develpment Co. y W.W. Wrigler Co. las que adquirían este producto para ser transformado con colorantes, endulzantes y saborizantes en una golosina de grado alimenticio, pero también, a la llegada de la Segunda Guerra Mundial, fue cuando Quintana Roo ofrecía hasta el 85 por ciento de la producción mundial.
Actualmente el chicle, conocido por la mayor parte del mundo, ha dejado de ser un producto derivado del árbol de chico zapote, al ser sustituido por productos como la goma de xántano, eso hasta el aprovechamiento del chicle por parte de cooperativas locales, tanto de Quintana Roo como de Campeche, que buscaron generar un producto terminado, con las mismas características del comercial, pero con su base de origen natural.
Hay 27 cooperativas que enfocan sus esfuerzos para seguir manteniendo la producción de chicle, esto en localidades de Felipe Carrillo Puerto, José María Morelos y algunas ya en el estado de Campeche, todas adheridas a una marca que las cobija para la producción de un chicle natural; así como sus orígenes, ahora en Chicza.
Los productores de hecho mantienen la esencia de la producción chiclera, eligiendo los árboles a los que se les realiza una incisión en zig zag, bajando hasta la cubeta recolectora de la savia, posteriormente se cuece y así generar en la fábrica la elaboración con saborizantes naturales como la menta y la canela.
Actualmente, se busca la denominación de indicación geográfica, único en el mundo como una actividad sustentable, para ser reconocida por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), y para lo cual se trabaja en este consorcio chiclero en la selva maya.
De acuerdo con la secretaria de Desarrollo Económico, Karla Almanza López, se realizan mesas de trabajo para la revisión y análisis sobre esta denominación de origen para Quintana Roo y Campeche, y se están haciendo visitas con integrantes de la cooperativa chiclera de Petcacab, el consorcio chiclero Chicza y autoridades del IMPI.
Dichas reuniones se llevaron a cabo a principios de febrero en el ejido de Petcacab del municipio de Felipe Carrillo Puerto y estuvo encabezada por el director general del consorcio chiclero Chicza, Manuel Aldrete Terrazas, y el subdirector divisional de Marcas del IMPI, Salvador Rodríguez, así como representantes e integrantes de dicha demarcación.
Almanza López explicó que es esencial que se reconozca esta zona de producción, para darle a la goma natural garantías a la originalidad, para que sólo aquél que se produce en Quintana Roo y Campeche pueda llevar el nombre de Chicle Maya.
Con ello, se da un valor agregado como es la certificación Denominación de Origen o Indicación Geográfica, que permitirá a los productores diversificar su economía con la obtención de mayores ingresos y la prosperidad sea compartida en todos los hogares, como lo establece el Nuevo Acuerdo por el Bienestar y Desarrollo de Quintana Roo, que promueve la gobernadora Mara Lezama Espinosa.
El consorcio chiclero Chicza actualmente se encarga de la producción, logística, finanzas y comercio del producto.
Autoridades locales afirman que “el Chicle Maya de Quintana Roo y Campeche es único, digno de contar con la Indicación Geográfica, gracias a las características de la materia prima, que se debe exclusivamente al medio, nuestra selva, que alberga al milenario Bosque Chiclero”. PUNTOS CLAVE 1 FABRICACIÓN l Entre 1946 y 1959 se produjeron 12 millones 589 mil 910 kilogramos de chicle. 2 CRONOLOGÍA l Años de más produ cción: 1946-1947; 1948- 1949; 1950-1951;1954- 1955 y 1958-1959. 3 ORIGEN l El chicle es un derivado de la savia del árbol de chico zapote, llamado por los mayas Sicte. 4 PRODUCTO l De 1900 a 1960 la producción por chiclero fue decayendo de mil kilos a 320 por persona. 5 inicios l Tras su producción en la zona maya, era llevado a Cozumel y después embarcado al mundo. 6 PANORAMA l Para los estadounidenses, el chicle se convirtió en un artículo de consumo masivo. 7 SU raíz l Fuente original de la base de goma nat