El año pasado, la Secretaría de Turismo anunció la adición de tres comunidades a las designadas como Pueblos Mágicos en el estado de Yucatán, elevando el número total a siete localidades que, gracias a su irresistible encuentro de naturaleza, historia, gastronomía y aventura, sintetizan los tópicos que le han merecido al estado ser uno de los destinos predilectos por los viajeros de México y, desde luego, el mundo. Un recorrido en auto o, incluso, en bicicleta a través del estado nos brinda la oportunidad de encontrarnos de frente con el profundo pasado y la inagotable biodiversidad de la península.
Izamal
La ciudad que, en la antigüedad, fuera un centro religioso salpicado de pirámides y templos dedicados a los dioses Itzamná –uno de los más importantes para la cosmogonía maya– y Kinich-Kakmó, se convirtió, durante la colonia, en hogar de un colosal monasterio franciscano que, al día de hoy, atrae a miles de visitantes al año, seducidos por los muros amarillos que se extienden desde el centro del pueblo, en espiral, como si se tratara de una flor dorada expandiéndose entre la profunda selva yucateca.
Maní
La pequeña y muy colorida comunidad de Maní, ubicada 100 kilómetros al sureste de Mérida y que alguna vez fuera la capital maya de la provincia de Tutul Xiu, se ha convertido en uno de los mejores lugares para comprar artesanías yucatecas. Aquí, la agenda incluye una visita al convento de San Miguel Arcángel y hacer una pausa para probar el legendario poc chuc que, para muchos, es el mejor en el estado.
Espita
Un pueblo colonial con edificios amarillos y blancos, una iglesia barroca, un ex convento y varios cenotes (pozos naturales) para nadar y bucear. Algunos de los sitios emblemáticos a recorrer son el mercado Juan José Méndez, un recinto pintoresco en Villa de Espita con más de 100 años de historia y donde se ofrecen a los viajeros antojitos yucatecos como salbutes, panuchos, cochinita pibil y el famoso kots’ob, hechos por cocineras tradicionales de la región.
Tekax
Un pueblo al pie de los cerros Puuc, una región atravesada por sitios arqueológicos mayas, además de un Centro Histórico que alberga la segunda iglesia más grande en el estado. Es ideal para los amantes de la aventura, ya que ofrece actividades como rappel, tirolesa y paseos en cuatriciclos en cuevas y cenotes. También es el punto de partida ideal para visitar un sistema de cenotes que en la cosmogonía maya representaban la entrada al inframundo
Valladolid
Fundada en 1543, Valladolid es la ciudad más antigua del estado. Su ubicación es estratégica, ya que se encuentra justo entre Mérida y Cancún, a 160 kilómetros de distancia, lo que lo hace el destino ideal para explorar la península y centros arqueológicos como Chichén Itzá, Tulum, Ek Balam y Cobá. También es un paraíso artesanal y gastronómico en donde disfrutarás del pipián de venado, queso relleno, cochinita pibil y frijol con puerco; además de artesanías como guayaberas, cestería y huipiles bordados.
Sisal
A sólo 40 minutos de la capital, y situado venturosamente entre el mar y una ría cubierta de manglares que, prácticamente, lo envuelven en agua, el antiguo puerto que conectaba a la península con las islas caribeñas y, más allá, con Europa, es hoy uno de los mejores destinos para bucear en el sureste, gracias a los restos de buques que permanecen en el fondo marino, junto a un exuberante arrecife de coral. Además de las fotogénicas playas y los bosques de manglar, su fuerte y el faro son ideales para explorar la historia de la localidad.