El sistema educativo de México, que también se aplica en Quintana Roo, contempla que los menores de edad comiencen su educación en los periodos específicos que permitan instruirles conocimientos que les serán útiles para aprender los de los siguientes grados. A la par, esto implica un acompañamiento en el desarrollo de los menores en cada una de las etapas de sus vidas.
El objetivo es tener el mejor aprendizaje posible, por lo que adelantar o retrasar la fecha de entrada a la escuela de cualquier niño o niña puede ser un factor que tenga huellas en la instrucción, por lo que lo recomendable es respetar los lineamientos que hay en cada una de las escuelas.
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¿A qué edad se inscriben a la primeria los niños en Quintana Roo?
El Artículo 3 de la Constitución garantiza la educación libre y gratuita para los niños y niñas de México; es una obligación de los padres el enviar a sus hijos a las escuelas a fin de que puedan tener este derecho humano.
De acuerdo con la Secretaría de Educación de Quintana Roo, los menores que quieren inscribirse en primaria deben cumplir seis años a más tardar en el 31 de diciembre del mismo periodo en el que se inicia el ciclo escolar. No hay un límite de edad para que los niños sean inscritos en primer año, aunque lo mejor es cumplir con las disposiciones de la SEQ.
Con esto, justo al cumplir 12 años podrá llegar a la secundaria, aunque en ese nivel solamente se permite que estén inscritos menores de 15 años de edad.
¿Qué pasa si no inscribes a tus hijos a la primaria?
De acuerdo con el Artículo 31 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los padres son responsables de que los menores de 18 años de edad se inscriban en las escuelas para así recibir instrucción.
Además de esto, deben estar al tanto de su avance y velar por su bienestar y desarrollo en el cumplimiento de esta etapa de sus vidas.
En caso de que los padres de familia o tutores decidan no inscribir a los menores de edad, es posible que se les denuncie por medio de las autoridades de protección de menores para emitir las acciones pertinentes, así como la vigilancia del cumplimiento de sus garantías.
En el peor de los casos se les puede quitar la tutela de los niños, aunque la mayor parte de estos conflictos se puede solventar por medio del cumplimiento de los derechos de los estudiantes.