Cuando perdió el título mundial pluma de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), en febrero pasado, la mexicana Erika Cruz se aseguró de trabajar para ser otra campeona del orbe, y sólo tardó nueve meses en cumplir la promesa.
“Todo el esfuerzo vale la pena. Sólo que hay veces que las cosas no sé dan cuando queremos, y se van dando poco a poco”, dijo a El Heraldo de México, la peleadora de 33 años, quien además es agente de la Guardia Nacional.
La apodada Dinamita, quien conquistó su segunda categoría (súper pluma), y es una de las cinco campeonas tricolores reinantes, siente que su historia está sentando precedentes para las mujeres, dentro y fuera del deporte.
“Quiero dejar huella, que digan: ‘las mujeres pueden’. A veces me gritan: ‘ahí viene la policía’, y les digo que las mujeres podemos ser muchas cosas. Quiero que ellas vean que somos todoterreno”, añadió Cruz, de 33 años, con un récord de 17-2, con tres nocauts.
El boxeo llegó a la vida de Cruz, gracias al deseo de su madre, quien ya la visualizaba como campeona mundial, pero la muerte se interpuso entre ellas, cuando Erika tenía 13 años. Sin embargo, el gusanito quedó ahí, y ahora puede rendirle tributo por partida doble.
“Nunca solté mi carrera. De pequeña, quería ser policía, y lo logré; luego abogada, y lo hice. Ahora, campeona mundial, me siento como una mujer realizada, y voy por más, si Dios quiere”, abundó.
Ahora Cruz está enfocada en defender su posición a como dé lugar, y sabe que vienen más retos, pues su promotor le reveló que está en negociación para una pelea de unificación para mayo de 2024