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El actor Joaquín Cosio se reta al interpretar a un ciudadano común en Familia de Medianoche, del cual considera se debe aprender su generosidad

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Joaquín Cosío continúa dando cátedra de su gran talento actoralCréditos: Especial

En más de cuatro décadas de carrera, Joaquín Cosío ha interpretado personajes icónicos como Rubén Mascarita, en Matando Cabos o El Cochiloco en El Infierno, el cual le dio un premio Ariel, y aunque agradece lo queridos que han sido, considera que es necesario mostrar a personajes más humanos y generosos como Ramón en Familia de medianoche.

“Queremos historias interesantes y que te toquen. Que me hablen para formar parte de este proyecto, leer la historia y ver poco a poco de qué se trata, siempre es un regalo y no puedo ser más afortunado”, afirmó el actor.

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Familia de medianoche está basado en el documental del mismo nombre que el director Luke Lorentzen presentó en 2019, y que retrata a la Familia Ochoa, quienes manejan una ambulancia privada para atender a una ciudad de más de 9 millones de habitantes, luego de que el sistema de salud pública sólo cuente con 105 transportes.

En la serie que protagoniza Cosío, y que se estrena este 25 de septiembre en Apple TV, se narra la vida de los Tamayo, encabezados por él, un hombre que toda su vida ha conducido la ambulancia y ahora sus hijos también están en este mundo, incluso Marygaby (Renata Vaca), su hija.

“No sé qué tanto impacto tenga Ramón, porque es un personaje común y corriente, no tiene una especie de poderes específicos o talentos como otros que he interpretado, sin embargo, el valor es ser un personaje de la calle, pero sumamente audaz, valiente y heroico, que nos enseña a sacrificarse por su vocación y familia”, dijo.

En ese sentido comentó que espera que el público recupere la solidaridad y generosidad que muestra su personaje, que incluso busca salvar vidas, aunque a veces no le paguen, ya que este tipo de ambulancias cobran por el servicio tanto a los familiares de los heridos, como a las clínicas que hay en la CDMX.

Para Vaca dar vida a una estudiante de medicina fue un reto, porque no sólo aprendió los diálogos con datos científicos, trabajó de cerca con una doctora para entender el funcionamiento del cuerpo humano.

La directora Natalia Beristáin trabajó en la adaptación de esta historia, la cual le permitió enamorarse más de la ciudad, ya que visitó varias zonas.