Llena de energía, enamorada de la vida, su pareja y la música, Natalia Lafourcade celebró 40 años, con una fiesta musical en compañía de un grupo selecto de fans, a quienes complació con temas y abrió su corazón, para contar detalles personales.
Adelantó que prepara un demo para celebrar sus 25 años de carrera, así como un show para festejar estas cuatro décadas de vida, ya que la música siempre la ha acompañado en los buenos y malos momentos.
“Tenía mucho tiempo de no hacer un encuentro con ustedes (...) y ya son miles de personas que compran y vienen a abrir su corazón y me permiten cumplir mi sueño, que desde que tengo conciencia supe que este era mi camino y este ritual de celebración de la vida era importante”, expresó Natalia.
Durante casi dos horas, la ganadora de cuatro premios Grammy, convivió con cerca de 40 personas, en los estudios de la disquera Sony. Tiempo en el que Lafourcade compartió más que fotos y autógrafos, ya que varios de los invitados más que cuestionarla, le pedían consejo sobre cómo lidiar con la vida.
“Los 20 son padrísimos, son una década rarísima. Fue mi época de reconstrucción total, me enfiesté, también hubo valentía, no era tan consciente del miedo y sufrí. Había mucho contraste en mi vida (...). La parte difícil fue la energía, el dejar de compararme con otras personas, en vez de entender mi propia fuerza y autenticidad”, recordó la cantante ante la pregunta de un joven de 20 años, sobre las etapas de la vida.
Natalia se dio a cuenta de toda esta oscuridad a tiempo, la cual había trasladado a su música, en temas como “Azul”, de su disco Hu hu hu, pero después se dio cuenta de esto y dejó de cantarla, porque quiere sembrar semillas de valentía entre sus fans, no de miedo.
La intérprete es consciente, también, de que la salud mental es importante, e invitó a sus seguidores a hacer un trabajo espiritual para encontrarse y entender que no están solos en la vida, ni los únicos que pasan por etapas duras, ya que la “vida es una montaña y hay que caminarla bonito”.
“Hay que aprender a llevar lo bello de la vida y tener momentos fuertes, rudos, densos y confusos. A mí, el saber que no estoy sola en este camino me ayuda y lo veo con la gente que se identifica con lo que escribo… pero creo que el contrato firmado para venir aquí es: vivir, enfermarse, morirse, reinventarse, sentirte pleno, no sé. Darnos el espacio de vivir el duelo”, aseguró.