Con una muy destacada actuación defensiva (a diferencia de todo lo presupuestado), los Dolphins de Miami sumaron anoche su tercera victoria en la campaña, después de imponerse 23-15 ante los Rams de Los Ángeles, en el SoFi Stadium en Inglewood, California.
Una regresión establece la relación existente entre dos variables (según la estadística) o un retroceso a formas de conducta en etapas anteriores (psicología).
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En la Semana 10 de la NFL, la regresión colectiva fue en ambos sentidos: Miami terminó con una racha de tres derrotas consecutivas y Los Ángeles perdieron una racha de tres victorias en fila.
Si se pretende continuar con la expresión, la regresión individual fue alrededor de Tyreek Hill, quien consiguió apenas su segunda anotación en la presente temporada, la primera desde la Semana 1, cuando casi fue arrestado en Florida.
La defensa de los visitantes también completó un partido muy distinto, en comparación con lo hecho en el pasado reciente. Sólo permitió cinco goles de campo (uno fallido), con oportunas inte.
También compensó las únicas equivocaciones de su ofensiva, una intercepción y un balón suelto en series consecutivas, en un periodo de poco menos de cuatro minutos durante el segundo cuarto.
Con Mookie Betts y LeBron James presentes en un estadio aún más costoso que ellos, los Rams cayeron por primera ocasión desde el 6 de octubre (Packers), cuando los Dodgers (MLB) todavía no eran campeones y los Lakers (NBA) apenas jugaban pretemporada.
Los Dolphins amarraron el partido con rodilla en tierra, después de una patada corta fallida, por parte de un equipo que nunca encontró opciones, y que pareció intentarla sólo porque era lo que tocaba, no porque creyeran en un regreso, o una regresión inmediata a un triunfo ya determinado