El Observatorio Legislativo de Quintana Roo consideró que el trabajo de los diputados locales durante este segundo periodo de sesiones fue poco productivo, ya que, de los 31 decretos presentados, sólo 10 fueron impulsados por los integrantes de la XVIII Legislatura.
“Dentro de esos decretos, 15 fueron para hacer reforma a leyes, cinco para aprobar las reformas a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos como parte del Congreso permanente y, por lo tanto, eso los envía el Congreso de la Unión y 10 decretos que tienen un origen de iniciativas presentadas por diputados”, indicó Eduardo Galaviz Ibarra, presidente de la organización.
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Asimismo, señaló que de estos 10, al menos cinco carecen de relevancia al no incidir en la vida diaria de los quintanarroenses, pues fueron para cambiar el nombre del Parlamento Infantil o la fecha de este, modificar una comisión o para el refrendo de una medalla al mérito ciudadano.
En cuanto a las sesiones extraordinarias, se dictaminaron 25 decretos, de los cuales 21 fueron enviados por el Poder Ejecutivo, lo que dijo, sustenta el hecho de la baja productividad y una alta dependencia del gobierno estatal.
“No tienen ninguna resolución a temas que les ha propuesto la ciudadanía, ni tampoco sobre incidentes como el intentar cambiar la fisonomía de la plaza del Congreso y poner la cafetería”, dijo y recordó que el Congreso de Quintana Roo es uno de los más caros del país con un presupuesto de 500 millones de pesos.