EQUILIBRIO

El recuento de los daños

A nivel internacional no parece que estemos mandando buenos mensajes

LOCAL

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Equilibrio, columna de Jorge Eugenio Acevedo del 17 de noviembre de 2025 Créditos: El Heraldo Media Group

¿Quiénes ganan y quiénes pierden tras la marcha del 15 de noviembre convocada por el movimiento juvenil Gen Z para protestar contra la violencia que vive el país y por lo que consideran una fallida estrategia en la política económica?

De primera intención -frase muy futbolera ahora que se acerca el Mundial-, los grandes perdedores fueron los ciudadanos que se vieron perjudicados por las afectaciones que normalmente se dan con estas manifestaciones y que tienen que ver con el tránsito y la movilidad, así como los daños que van dejando los más radicales con destrozos y hasta saqueos en negocios, almacenes principalmente.

Lo demás queda en el contrastado discurso de un lado y de otro.

No faltan integrantes del gobierno o del partido gobernante que pretendan minimizar o descalificar lo que ayer vieron millones de personas en el mundo.

Por el otro, Gen Z asegura que, pese a algunos violentos de infiltrados, la marcha -en la que sólo en la CDMX se calcula participaron miles de personas, la mayoría jóvenes-, la manifestación cumplió su cometido de mostrar al mundo que México vive una etapa difícil, en medio de la inseguridad, la violencia y una política equivocada que afecta sectores sensibles como la salud y la educación, por citar los más.

Hasta ahora, el discurso de la presidenta Claudia Sheinbaum es de respeto a la libre manifestación y condena a la violencia.

Entre los manifestantes había grupos de encapuchados que fueron los que enfrentaron a la policía y derribaron estructuras que protegían el Palacio Nacional.

Pero la mayoría de las voces eran de convocatoria a la no violencia, postura que evitó que los enfrentamientos se generalizaran.

Pero de regreso a la pregunta de inicio sobre ganadores y perdedores en este evento, podría decirse que perdió el país que fue foco de atención en el mundo, y donde las imágenes más recurridas eran las violencia.

Perdieron también los jóvenes, con los infiltrados, sí; pero también en esa diversidad que presumen como generación, no han mostrado un rumbo y una cohesión ideológica.

Pierde México, pues nuevamente ante los ojos de otros países se nos muestra de nuevo como una población violentada e insegura, lo que pega en las inversiones, en la llegada de turistas y pone en riesgo mostrar nuestras bondades en eventos como el Mundial de fútbol del cual seremos -hasta ahora-, una de las sedes. Un escaparate, el más importante a nivel mundial, aseguran, y que podría perderse con actos como el de ayer que se suman a los recientes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) que ya amenazó, inclusive, con un boicot al evento mundialista.

A nivel internacional no parece que estemos mandando buenos mensajes.

En resumen: perdemos todos.

Contraste: La buena noticia es que Quintana Roo sigue a la alza en materia turística y sus aeropuertos operando a tope.